TEATRE TALIA. Cavallers, 31
En televisión no hay ficciones españolas que retraten las ambiciones y los bajos fondos de los políticos patrios como lo han hecho, por ejemplo, la retorcida House of cards. Pero harina de otro costal es el teatro. Y en la reentré del Teatro Talia vamos a tener una buena dosis de teatro político con acento valenciano. Juli Disla valencianizó L’electe, del catalán Ramón Madaula, para el festival X Som_Riure el pasado mes de mayo, una comedia que descubre como los políticos resultan ser, muchas veces, títeres de otros actores o del contexto que les envuelve. Las caras de la ficción serán las de Alfred Picó y a Josep Manel Casany, enzarzados en una esgrima dialéctica que invita a reflexionar sobre esos seres que, con todas sus miserias, toman las decisiones que, a la postre, nos afectan a todos. Dicen desde L’Horta Teatre que los espectadores encontrarán en esta pieza muchos paralelismos con acontecimientos y personajes que han sido noticia en la política valenciana, pero no dan nombres concretos. No es difícil imaginarlos. La acción se sitúa momentos antes de una investidura, cuando el político de turno se pone a pensar qué le ha llevado a estar donde está, si la ambición económica, el ansia de poder, el bien común o la necesidad de protagonismo. S.M.