SÁBADO 26 Y DOMINGO 27/3
TEM. Pl. Rosari, 3
Solo las mentes brillantes desarrollan algoritmos, las aún más brillantes los descifran. Turing es una de esas figuras casi anónimas a las que les debemos tanto. Fue responsable de descifrar los mensajes codificados que los nazis enviaban a sus submarinos. Esto supuso un antes y un después para los aliados en la recuperación de Europa. Pasada la guerra, optó por una vida tranquila, en Manchester, donde arranca esta obra en la que, tras denunciar un robo en su casa, conoce al sargento Ross. Condenado por homosexual y castrado químicamente, acabó por quitarse la vida en 1954. La Reina Isabel II le concedió el perdón, mal y tarde, a finales de 2013. LUCAS SÁEZ