Christian Gálvez (Madrid, 1980) acaba de publicar el libro Gioconda descodificada: Retrato de la mujer del Renacimiento (Aguilar). Considerado uno de los reconocidos expertos en Leonardo da Vinci de nuestro país, me concede una entrevista recordándome que estará este viernes 5/4 en Valencia presentando el libro en el museo L’Iber. Gálvez compagina desde 2009 su trabajo en televisión con la investigación de las grandes figuras del Renacimiento, como Leonardo da Vinci. Ha sido galardonado con el Premio Especial de los Premios de Periodismo Científico Concha García Campoy. Es miembro del Leonardo DNA Project, del Consejo Internacional de Museos (ICOM), de la Asociación Española de Museólogos y de la Alianza Americana de Museos. GINÉS J. VERA.
El cuadro de la Gioconda podría decirse que es uno de los más famosos de la Historia. ¿A qué cree que es debido y qué van a encontrar los lectores en Gioconda descodificada: Retrato de la mujer del Renacimiento acerca de esta giocondolatría?
En realidad, todo lo que hoy vemos de la giocondolatría, es decir, esa fascinación por la Gioconda, se reinventa en el siglo XIX, hay una guerra intelectual, artística entre Francia e Italia. Y esto, ¿a qué se debe? Pues a que en el siglo XIX recordemos que es el del Resorgimento, la unificación italiana, y en ese sentido, claro, los italianos buscan esa reunificación, esa identificación nacional, los héroes patrios, tenian a Rafael, a Miguel Angel, a Dante, a Petrarca, pero no tienen a Leonardo. Porque Leonardo en 1516 se va a Francia porque en Italia no le valoran lo suficiente. Entonces, comienza esa especie de guerra, Leonardo es italiano, dicen, pero Francia dice “pero está enterrado en Francia”, y los italianos dicen: “tenemos La última cena”, y aquellos dicen: “bueno, y nosotros tenemos La Gioconda”… Se meten en una guerra intelectual que para resumir al final esa guerra acaba elevando a Leonardo da Vinci a la categoría de genio universal y a la Gioconda en femme fatal, en el cuadro sublime de Leonardo.
Se ha especulado mucho acerca de la modelo que posó para el cuadro. Entre las hipótesis, que podía tratarse del propio Leonardo autoretratándose feminizado. ¿Nos llevaremos una sorpresa al respecto al leer su libro?
Por un lado te contaré, no puede llegar nunca a ser una versión femenina de Leonardo puesto que hay un error de base, y es comparar la Gioconda con el supuesto autorretrato de Turín. Ese que todo el mundo tiene en la cabeza cuando hablamos de Leonardo. Ya se ha comentado que ese autorretrato aparece por primera vez en Turín en 1810 y no hay ninguna prueba histórica, científica o literaria que demuestre que es Leonardo. Por lo tanto, si parten del axioma de que ese dibujo sí o sí es Leonardo, ya hay un error de base y la comparación no llega a ningún puerto con rigor y con objetividad. Tampoco se trata de un libro con doctrina, es decir, lo que si le he planteado a la gente, al auditorio, a los lectores potenciales es que existen 5 evidencias históricas que demuestran que Leonardo pintó a esta mujer. De esas 5 evidencias históricas, cada una, le otorga una identidad diferente a la modelo. No da ningún tipo de conclusión entre ellos, por tanto tenemos 5 posibilidades diferentes de conocer quién es la retratada en el cuadro. Pero esto es lo más maravilloso de todo, es decir, da igual quién sea, porque sigue generando fascinación. Y todo esto, claro, como colofón a una historia de feminismo en el universo leonardiano. No tenemos que olvidar eso.
Justamente le quería preguntar por eso, por sus investigaciones acerca del famoso autorretrato supuestamente de Leonardo da Vinci. Con las recientes investigaciones sobre la Gioconda, al desvelar los interrogantes y falsos mitos sobre el cuadro, ¿cómo se siente al apreciar y respetar tanto la figura de Leonardo da Vinci?
En el fondo lo que quiero hacer es un poco justicia, es decir, parece ser que todo lo que tiene que ver con Leonardo tenga misterio, todo absolutamente, y siempre he defendido que Leonardo tiene bastantes menos misterios de los que la gente piensa. Y los pocos que tiene son menos importantes de lo que la gente cree. No todo en Leonardo es misterio. Y si lo es, todo en Rafael es misterio, todo en Boticelli es misterio, todo en Miguel Angel es misterio. Sin embargo, a mi me gusta más no quedarme en deuda con el Leonardo humano, con el Leonardo en carne y hueso, con el Leonardo que fracasó una y otra vez, que es la parte más importante para mí, más interesante. En este sentido, quizá da igual la sublimación de la Gioconda aquí, quizá da igual a quién representa Leonardo con la Gioconda. Lo que sí que es bonito es contarle a la gente que es Leonardo, que es la búsqueda científica del alma el que decide por primera vez, o al menos, que es uno de los primeros que decide representar a la mujer mirando directamente al espectador. Y eso si que es bonito, y eso no se cuenta.
Teniendo en cuenta el carácter divulgativo de esta obra, sumado a la extensión del mismo, cercano a las 600 páginas, ¿qué atractivos cree que van a encontrar los lectores en él? Díganos tres aspectos al menos para animar a leerlo a quienes no estén muy familiarizados con el arte o con la obra del maestro florentino.
En primer lugar que es un libro mainstream, y con esto ¿qué quiero decir? Quiero decir que no es como cara a cara, es decir, el que se acerque desde un punto erudito creo que se va a quedar satisfecho con toda la información volcada, aunque no hay un exceso de información, el que se acerque por primera vez desde un punto de vista profano lo va a disfrutar porque no necesita conocimientos previos, entonces creo que es una apuesta bastante segura, en ese sentido, en el que no exige nada. Se puede partir desde cien o se puede partir desde cero.
Por otro lado creo que va a encontrar justicia, es decir, cada vez que hablamos del Renacimiento siempre nos salen Leonardo, Boticelli, Miguel Angel, Rafael, los Medici…, siempre nos salen nombres masculinos, este es un libro que honra a la mujer, en su globalidad, honra a la mujer en el periodo histórico conocido como Renacimiento, honra a la mujer en la historia del arte, y honra al feminismo por el que apuesta Leonardo da Vinci, con lo que creo que también es hacer un poco justicia con el rol de la mujer en este periodo de hombres como muchos consideran.
Y en tercer lugar, porque creo que no deja de ser necesaria la curiosidad, la curiosidad fue el motor principal de Leonardo desde que nació hasta que murió, nunca dejó de ser un niño que se preguntaba constantemente por qué y para qué, y creo que la curiosidad puede darnos grandes alegrías.