«ESTA NOVELA ESTÁ PENSADA PARA EL DISFRUTE DEL LECTOR, ES UNA MONTAÑA RUSA»

Nos concede esta semana una entrevista el psicólogo, criminólogo y escritor Vicente Garrido Genovés (Valencia, 1958). Doctor en Psicología y Graduado en Criminología, es uno de los pioneros y de las autoridades más reconocidas en el ámbito de la criminología violenta. Ha sido consultor de Naciones Unidas y ha asesorado en diferentes casos a la Policía y a la Administración de Justicia, elaborando el perfil que ayudó a capturar al asesino múltiple Joaquín Ferrándiz. Entre sus libros publicados figuran: El rastro del asesino, Cara a cara con el psicópata, Los hijos tiranos y Perfiles criminales. Junto a Nieves Abarca ha publicado varios libros, el último, por el que le preguntamos, es El beso de Tosca (Ediciones B). GINES J. VERA

El protagonista de El beso de Toscaes un barítono; hay que reconocer que no es la (típica) profesión que uno espera encontrar a la hora de abrir las páginas de una novela de este género. ¿Cómo llegaron Nieves y usted a este personaje y qué tuvieron en cuenta a la hora de universalizarel mundo de la ópera para todos los públicos/lectores?
Nieves es muy aficionada a la ópera, y le sugerí en una conversación que deberíamos introducirla en un thriller, porque en los libretos de ópera hay mucho melodrama y florecen los demonios que están detrás de las grandes empresas criminales. Es decir, cualquiera puede entender que Tosca asesine a su atormentador, lo que hace que el público tenga un sentimiento muy operístico, aunque no lo sepa.

A la hora de plantear la trama, ¿qué recursos emplean ambos teniendo en cuenta de un lado las distintas subtramas y, por otro, que han de coordinarse a cuatro manos a varios cientos de kilómetros de distancia? Denotamos la tragedia, las traiciones, los abusos de poder… ¿Cómo se va hibridando, mentalmente, la ópera, el boxeo,  con el Gran Teatro del Liceu de Barcelona o la trata de blancas, por ejemplo?
Más que ninguna otra, esta novela está pensada para el disfrute del lector, es una montaña rusa, y nos pusimos como reto crear tramas que en principio no tienen por qué relacionarse, pero que dada la psicología y la vida de los personajes al final tuvieran un punto en común. Creo que lo hemos logrado después de mucha discusión, algún cabreo y una labor muy fina de guión.

A menudo se asocia la novela negra con la denuncia social. Pero en este caso, como en novelas anteriores, El beso de Tosca se trata más de una novela thriller en las que afloran sentimientos primarios del ser humano, el miedo, la angustia, lo psicológico frente a lo sociológico, ¿no es así?
Así es, no buscamos denunciar nada; es el lector el que debe de sacar sus conclusiones; los personajes se definen por sus actos, de ahí que apenas haya tiempos muertos. Si la novela atrapa al lector y le obliga a mirar en lugares poco agradables del alma humana no tendrá más remedio que posicionarse ante esa realidad. Queremos que el lector piense mediante el suspense y la acción desenfrenada pero siempre adecuada a lo que viven los personajes.

En El beso de Tosca, quizá como en las anteriores novelas escritas con Nieves Abarca, no es necesario preguntar qué es más importante: si el argumento o la trama. Lo sustancial es esta y los personajes giran a su alrededor: los buenos y los malos. ¿Es así? ¿Cuáles surgen primero, los buenos, los malos o a la par?
La trama define a los personajes, sí, pero éstos han de ser sólidos, importantes. No nos interesa la acción o el suspense como mero artificio, sino como elementos de un proceso que explica a los personajes que la padecen o provocan. No sabría decirte si los malos o los buenos son los primeros en salir de nuestra imaginación… con la saga de Valentina Negro estaba claro que ella generó todo su universo de ficción, aquí probablemente, si me detengo a pensarlo, fue uno de los malos: Berto Areces.

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