MUVIM. Quevedo, 10
La Rambla de Barcelona, las cuevas de Paterna, el palmeral de Elche, la Alhambra de Granada, la mezquita de Córdoba. Imágenes tan reconocibles cobran otra luz, otra intensidad, otra perspectiva desde los ojos de un visitante curioso, un Pierre Verger enamorado del mundo, para el que la fotografía no era una profesión, sino una forma de vivir y sentir. Después de dar la vuelta al mundo entero, de trabajar con los mejores fotógrafos y para las mejores revistas y diarios, la España de 1935, la España de la República, fue la conquista de este viajero incansable: Pierre Verger retrató los pequeños detalles del devenir de la vida, los paseantes, los edificios, las calles de un país que vivía un momento convulso de su historia, derrochando aún así belleza por todas partes. GLORA POZUELO