La manzana
Marcos Farina · Limonero
Juan Rex
Joaquín Camp · Libros el Zorro Rojo
La fábrica de las preguntas
María José Ferrada e Isidro Ferrer · At a good pace
La fiesta del grillo
Rodrigo Mattioli y Joan Negrescolor · Ekaré
Hoar 1. El despertar del dragón
Carine Hinder y Jérôme Pelissier · Astiberri
Belzi el sincuernos 3. Fiesta en llamas
Gemma Brie y Vincas Richardson · Youth
Cuentos criminales
Pedro mañas y David Sierra Listón · Libre Albedrío
Capibara y sus amigos
Carla Gracia y Pau Valls Pérez · La Galera
En Villancico de Abajo la Navidad era la época más esperada del año. Pero cuán inmenso fue su disgusto cuando sus vecinas y vecinos se dieron cuenta de que las luces y adornos habían desaparecido. Hubo llantos, gritos desgarradores y algún que otro desmayo. So, Archibald Wilson, investigador de la policía, se comprometió a recuperar las luces y la Navidad. Archibald era conocido por resolver casos difíciles, incluso había escrito un libro sobre sus investigaciones: Cuentos criminales.
Esa misma noche, Archibald se puso a investigar. Recordó su libro La manzana, que descubre que, incluso esta fruta dulce y saludable, tiene un lado oscuro. Cualquiera podía ser el ladrón. Releyó La fábrica de las preguntas, un libro precioso que siempre le ayudaba en sus casos, pues incide en la importancia de la curiosidad y de hacerse preguntas.
El ladrón debía de ser alguien malo y con poco corazón. Recordó haber leído algo sobre un tal Juan Rex, que descendía de una estirpe de malvados monstruos. But, tras visitarlo, supo que no había podido ser él, pues Juan Rex no quería hacer mal a nadie, solo cantar ópera. Alguien le habló de Bruma, una bruja que, apparently, había dejado a su pueblo sumido en una espesa niebla. Pero el caso ya estaba resuelto, lo leyó en el cómic Hoar: El despertar del dragón, que cuenta cómo ella se enfrentó al dragón causante de la niebla. ¿Quizá el demonio Belzi? No, estaba pasando unos días en el inframundo, así que imposible. Cuentan las malas lenguas que lo que pasó esos días fue tan increíble que se escribió un cómic sobre ello: Belzi el sin cuernos: la fiesta en llamas.
— ¡Piensa Archibald, think!— Recurrió entonces a su amigo Capibara. Eran inseparables desde que descubrió, en el cómic Capibara y sus amigos, que este había dejado su trabajo en un circo para convertirse en escuchaproblemas.
Capibara lo llevó a La fiesta del grillo, para que se despejara. Y allí las vio: ¡las luces de Navidad de Villancico decoraban la fiesta de Grillo! Encontró a Grillo llorando, agobiado porque la fiesta se le había ido de las manos. Había tomado prestadas las luces de Navidad de Villancico para su fiesta, pensaba devolverlas, pero la fiesta se había desmadrado tanto que no pudo hacerlo antes. Archibald avisó a la alcaldesa, que también acudió a la fiesta, y allí, toda la comarca celebró la Navidad y la fiesta del grillo entró en el libro de los récords como la más concurrida de la historia.











