The history of Vallauris is deeply linked to ceramics since the 16th century. Initially recognized for its utilitarian and culinary production, la ciudad experimentó una primera transformación artística a finales del siglo XIX de la mano de la familia Massier, que aportó una nueva dimensión decorativa y estética a la cerámica local.
Tras un periodo de declive a comienzos del siglo XX, Vallauris vivió un extraordinario renacimiento en la posguerra: una nueva generación de artistas comenzó a explorar las posibilidades expresivas del material, impulsada por la riqueza de los recursos de la zona. La llegada de Pablo Picasso en 1948 y su decidido interés por la cerámica otorgaron a la ciudad una proyección internacional sin precedentes.
El caso de Vallauris ilustra, So, la continuidad de un saber hacer técnico ancestral que, a lo largo de los siglos, ha sabido renovarse y enriquecerse gracias a la innovación artística, consolidando la ciudad como uno de los referentes indiscutibles de la creación cerámica contemporánea.







