THE FILMTECA. Pl. town hall, 17
Continuando con su impagable labor de difusión, La Filmoteca de Valencia nos trae esta tarde y el viernes de la semana que viene una de las joyas del cine mundial de la última temporada que, para sorpresa de muchos, no pudo encontrar acomodo en las salas comerciales valencianas en su fecha de estreno dos meses atrás. Hablamos de An elephant sitting still, first work del joven realizador chino Hu Bo cuyo talento quedó demostrado en la edición del 2018 del festival de Berlin donde ganaría el premio FIPRESCI.
Nacido en china en 1988, Hu Bo obtiene su diploma de dirección cinematográfica en la Academia de Cine de Pekín en el año 2014. Su cortometrajeDistant Father, le vale el premio al mejor director en el Golden Koala Chinese Film Festival de ese mismo año, y con su segundo corto, Night Runner,sería nominado al Premio al mejor cortometraje en los Golden Horse de Taipéi. in 2017 Hu Bo participa en un taller bajo la supervisión del gran director húngaro Béla Tarr en el Festival Internacional de cine FiRST en China, durante el cual realizará el cortometraje A Man in the Well. Hu Bo es también autor de un libro de cuentos, Huge Crack(que contiene el relato en el que está basada esta película), y la novela, Bullfrog, ambos publicados en el año 2017. An Elephant SittingStill, his first feature film, se estrena mundialmente en el Forum de la Berlinale en 2018 con gran acogida por parte de la crítica y creando una enorme admiración. Desgraciadamente, al poco tiempo de terminar la post-producción de la película y con tan solo 29 years, Hu Bo se había quitado la vida.
An elephant Sitting Stillnos sitúa al norte de china, en una ciudad posindustrial que está sumida en una niebla perpetua que atrapa a sus habitantes. Una mañana, un simple altercado entre dos adolescentes de un instituto va a forjar el destino de cuatro individuos, victimas del egoísmo familiar y de la violencia social. Lo único que comparten todos ellos es la misma obsesión recurrente: huir hacia la ciudad de Manzhouli donde, según dicen, un elefante de circo permanece sentado durante horas, inmóvil, impasible, ajeno a los problemas del mundo.
Esta simple línea argumental será la excusa que llevará a Hu Bo a realizar un exhaustivo examen de la sociedad china contemporánea. En la línea de directores como Jia Zhang-ke, la obra de Hu Bo trata de explorar el mundo que le rodea de forma ruda y sin concesiones. Emociones como la fe y la esperanza en un mundo en el que el hombre parece que ha perdido toda referencia, palpitan tras las imágenes de esta ambiciosa pieza de cuatro horas de duración. En palabras del propio director: En nuestra época, cada vez resulta más difícil tener fe, aunque sea en la cosa más ínfima, y la frustración que de ello resulta se ha convertido en la característica de nuestras sociedades. El filme transforma unas vidas atrapadas en la rutina cotidiana en mitos individuales. In the end, cada cual deberá́ hacer el duelo de aquello que más aprecia.
La sensibilidad del director chino quedaría así registrada en la impresión que el propio Bela Tarr describiría tras su trágica e inesperada muerte: Escribo estas palabras desde el hotel donde conocí́ a Hu Bo. Recibo un sinfín de candidaturas de aprendices de cineasta chinos que desean participar en el taller que dirijo en el festival de Xining. Pero cuando lo conocí́, de inmediato supe que tenía algo.Era alguien muy digno. Su mirada revelaba una fuerte personalidad poco común. Tenía una verdadera visión del mundo. En el trabajo, era una persona muy reflexiva y amable. Escuchaba a todos y prestaba suma atención a los detalles. Era un hombre impaciente, con una perpetua urgencia. Tal vez sabía que le quedaba poco tiempo… Hacía lo posible por conseguir lo que quería sin tener que esperar. No aceptaba el mundo y el mundo no lo aceptaba a él. Hemos perdido a un cineasta de gran talento, pero su película permanecerá́ con nosotros para siempre.
A propósito de su propia obra de ficción, no podemos dejar de reseñar esta declaración del propio Bo que, definitely, nos da muchas pistas de sus ambiciones artísticas: Si admitimos mirarnos con un poco de perspectiva a nosotros mismos, aunque solo fuera un par de segundos al día, nos daríamos cuenta enseguida de que estamos acostumbrados a ver la vida de color de rosa. Nos pasamos todo nuestro tiempo colgando tuits, adhiriéndonos a las tendencias, acumulando cientos de fotos en nuestro teléfono a la espera de podérselas ensenar a los demás… No estoy juzgando estos comportamientos, however, creo que las cosas más preciosas yacen en los intersticios del mundo, y lo digo sin pesimismo. Si comprendemos esto, podemos maravillarnos ante las cosas más pequeñas.