Me llamo Eugenia Boscá, ceramista. Apasionada de mi trabajo, mis amigos, mi gata, el cine… y de la serie, que todos deberíais ver, “Doctor en Alaska”. En ella la esencia de la vida se centra en la sencillez de las pequeñas cosas, en la importancia de la comunidad, en lo cotidiano, en el respeto al entorno como premisa fundamental para relacionarnos con el planeta. Todos y cada uno de los 215 habitantes del pueblo son fantásticos pero el ganador para mí, sin duda, es el ex convicto filósofo Chris Stevens, maravilloso DJ de la emisora de radio local. Con total libertad de pensamiento, en sus programas podía citar a Nietszche mientras uno de los jóvenes lugareños afirmaba que Kafka había escrito su famosa Metamorfosis allí, entre las calles de Cicely, ese lugar fundado por una pareja de lesbianas que quería establecer un lugar en el mundo donde los librepensadores ayudaran a mejorar el espíritu humano. De sus 11O episodios repartidos en 6 temporadas, uno de mis favoritos es el T3-13, en el que tras la búsqueda infructuosa de la mejor vaca para lanzarla con una catapulta ( … ) Chris decide que ‘Lo importante es el lanzamiento’. Ni la catapulta, ni el lugar, ni el objeto lanzado (finalmente un piano)… todo se reduce a la importancia del momento en que se realiza el acto, en el que se produce el lanzamiento ante 200 pares de ojos que observan todo entre sorprendidos y emocionados. Dejando Cicely atrás vuelvo a Lliria, a mi casa y taller. Allí todo es importante, la creatividad, mi gata que me acompaña y chantajea a partes iguales, mis herramientas… Pero sin duda el verdadero impacto, la prueba del 9 de que funciona, es el momento en que todo se presenta al exterior.
He aquí el lanzamiento.
Por Cicely Alaska. Por el arte.
