El Festival Al Crepuscle regresa con su cuarta edición para invitar al público a vivir la magia del atardecer desde los emblemáticos Jardines de la Gerencia de Port de Sagunt. Entre el 19 y el 22 de junio, justo en los días previos al solsticio de verano, esta singular cita con la música y las artes escénicas se celebra sin iluminación artificial, aprovechando la belleza natural de la puesta de sol. Concebido como una experiencia cultural única, el festival propone espectáculos de teatro y música que suceden en lo que los directores de fotografía llaman “la hora mágica”, ese instante fugaz entre el día y la noche en el que la luz natural transforma el ambiente. La idea, edición tras edición, es organizar un encuentro cultural en torno a la noche de San Juan, donde todas las artes convivan y en la que los espectáculos se sirvan de la luz natural.
El festival arrancará el próximo jueves, 19 de junio, con la lectura de un manifiesto, donde, adelanta Zarzoso, se hablará “de la necesidad de un espacio de encuentro, de un lugar para la juntura, de un festival que celebre la vida en la hermosa intemperie del solsticio de verano”. En palabras de su responsable, Al crepuscle reivindica lo esencial, pues no permite luz artificial, grandes escenografías, elementos tecnológicos ni pantallas. “Todo es genuino. Actrices y actores dicen, músicos tocan y alguien los escucha y mira”. La noche se completará con el debut como dramaturga y directora teatral de Lara Salvador, Qué sabe nadie o las cartas de Penélope, convertido en pieza larga tras alzarse con el premio Russafa Escénica 2020. La propuesta evoca un cabaret en su estructura, pues se compone de una sucesión de pequeñas escenas de tonos, estilos y disciplinas diferentes. En cuanto a la subversión propia del género se ha sustituido por el desnudo emocional: en esta autoficción, su autora revela una herida familiar. Sobre el escenario la acompañará su padre, el reconocido percusionista y compositor Jesús Salvador ‘Chapi’, que se ha encargado tanto de componer canciones como de arreglar los éxitos del folklore popular que conforman la banda sonora de la obra para ser interpretadas con vibráfono y voz.
El festival proseguirá la jornada siguiente, 20 de junio, con La majordoma, el segundo texto del Tríptico de la epifanía de Josep Maria Miró. Los tres textos tratan sobre la destrucción de la belleza y apuestan por un teatro esencial donde toda su fuerza radica en la palabra y el intérprete. La primera de estas tres obras para un único intérprete fue El cuerpo más hermoso que se habrá encontrado nunca en este lugar, galardonada con el XLV Premio Born 2020, el Premio Nacional de Literatura Dramática 2022 y el Premio de la Crítica 2023. Esta segunda entrega está protagonizada por Rosa Renom en la piel de una mujer que se presenta en el piso del que huyó hace casi tres décadas. Allí se reencontrará con su marido, al que abandonó, como también a su hijo, el día antes de que éste cumpliera cuatro años. Ahora se hace llamar “la mayordoma”. Ha conocido el poder y a los hombres que ambicionan conquistarlo, siendo capaces de acabar despiadadamente con la belleza, el paisaje y otras personas. Una vez entrada la noche, a las 23 h, el músico argentino Marcelo Márquez presentará una breve muestra de su camino artístico, con canciones del folclore, poesías de Julio Cortázar que musicalizó su hermano Ramiro Márquez y poesías de su padre, Raúl Márquez Alonso, musicalizadas por él mismo, que le han acompañado a lo largo de su vida.
El día siguiente, 21 de junio, será el turno del Cuarteto de Cuerda Valencia, nacido hace 15 años en el Conservatorio Superior de Valencia. La formación está compuesta por las músicas valencianas Paloma Castellar, Lola Bendicho, Oreto Vayá y Teresa Alamá, que combinan su labor docente con la interpretación de música de cámara e interpretarán un repertorio de Cuerdas en el Crepúsculo. Han colaborado con prestigiosas orquestas y realizado actuaciones en salas emblemáticas de la Comunidad Valenciana, como el Palau de la Música y la Fundación Bancaixa. Destacan por sus estrenos de obras de compositores locales y su participación en iniciativas como la I Jornada de Música en Femenino en la Universidad Politécnica de Valencia. Además de su faceta clásica, desde 2017 el cuarteto ha trabajado con artistas de pop y rock como Víctor Manuel y Dani Martín, y participado en la grabación de discos y proyectos como el cortometraje musical Historia Acústica Europea. Su versatilidad las ha llevado a presentarse en medios de comunicación y a participar en el ciclo Candlelight de Fever, con conciertos en ciudades como Madrid y París. Esa misma tarde se representará Piedra y encrucijada, una propuesta metateatral de Hongaresa Teatre que juega con los límites entre realidad y ficción. La obra está escrita y protagonizada por Paco Zarzoso en una versión de sí mismo donde se exploran temas tan universales como los conflictos generacionales, las relaciones con nuestros padres y nuestros hijos y más importante todavía: las decisiones de vida, qué camino tomar ante nuestras propias intersecciones vitales.
Por último, como colofón del festival, el 22 de junio, el montaje A la fresca, de Pablo Rosal, se propone enaltecer las paradas en el camino, las suspensiones de cualquier propósito y la amplitud del error. En una casa de campo idílica, tres personajes se conocen gracias a las virtudes de salir al fresco. Eusebio, un escritor que busca refugio, regresa después de 20 años al que fue el chalé de sus abuelos. Allí se encuentra con un cocinero y con un albañil de la región. Esta obra efervescente se sostiene en la pequeñez de la charla y las palabras. Se trata de un relato tierno donde todavía conversamos con el vecino. Donde se celebra eso tan corriente de sentarnos al fresco para no hacer nada. A la fresca es un espacio donde dignificar el reposo.