Esplendor Geométrico, nuestro artista más internacional, pionero e influyente de la música más vanguardista, estará celebrando en Valencia sus más de 40 años de trayectoria.
Esplendor Geométrico fue una banda desmarcada desde el primer momento de la movida madrileña de los primeros ochenta, no conectó, tampoco lo pretendían, ni con la imagen ni con la actitud más moderna y superficial de “la movida” ni mucho menos con los sonidos de aquella, diametralmente opuestos a ese sonido duro, punk, electrónico, industrial con el que se presentaba y jugaba el grupo. No obstante, Esplendor Geométrico llamó pronto la atención de otras geografías musicales, más radicales e interesantes, y también con mayor cultura del ruido, como fueron la alemana o la inglesa. Desde el sencillo ‘Necrosis en la Poya’ (1981) -posiblemente el primer single de música electrónica publicado en nuestro país:
Esplendor Geométrico ha dejado una extensa discografía de 23 álbumes, múltiples singles, varias colaboraciones con otros artistas y han actuado por todo el mundo. Además de participar en el (muy recomendable) documental “Geometría del Esplendor” dirigido en 2016 por Jose Ramón Da Silva.
Han pasado más de 40 años y ahí sigue este grupo vivo, fresco y con ese sonido tan potente y rupturista. Y sin perder su estatus de “grupo de culto”. Si los americanos tienen a Bruce Springsteen y los ingleses a Mick Jagger como paradigmas de poder de la gerontocracia en el rock, los españoles tenemos a esa fuerza de la naturaleza que es Arturo Lanz. Un músico y enérgico experimentador sonoro, espontáneo y natural “show man” de escenario, sin nada que envidiarle a estos otros dos maestros del otro lado del charco.
Dice Saverio Evangelista que su banda suena como si los hombres de las cavernas hubieran encontrado las máquinas y tecnologías actuales para crear música y la crearan. Y no va descaminado para nada, Arturo, mientras tanto a lo suyo, reivindica el presente cuando es preguntado por el futuro, que no cree que sea más importante que esto que ahora vivimos y dice sentir que el grupo está más activo que nunca. Y nos lo creemos, (¿cómo no íbamos a hacerlo?) viendo la arrolladora fuerza de sus recientes actuaciones siendo ya una banda que lleva dando guerra desde 1980, nada menos. Y modernos. También modernos, no veo yo a estos copiando a Niño de Elche en eso de tragarse el micrófono, sino más bien al revés. Y es que ya había modernos antes, aunque no fueran conscientes, modernos en el sentido de jugar con el sonido y las puestas en escena de lo que sería y, fue, el sonido del mañana.